
El Barcelona puede haber asegurado un lugar en las semifinales de la Liga de Campeones por primera vez en seis años, pero su derrota por 3-1 ante el Borussia Dortmund en el partido de vuelta ha provocado tensión interna y duras críticas del entrenador Hansi Flick.

A pesar de avanzar gracias a una victoria por 4-0 en el partido de ida en Montjuïc, la mala actuación en Alemania marcó la primera derrota del Barcelona en 2025, y Flick estaba lejos de estar satisfecho.SegúnEl Nacional, Flick estaba particularmente furioso con los defensas Ronald Araújo y Jules Koundé.Araújo fue culpado por el tercer gol del Dortmund y, según los informes, está siendo considerado para una salida en verano, ya que Flick lo considera incompatible con su sistema.Koundé también fue criticado, y se dice que Flick presionó por un lateral derecho de alto nivel en la próxima ventana de transferencias.

Gerard Martin, otro defensor, enfrentó duras críticas.Se dice que Flick bromeó diciendo que Martin era “el 12º jugador del Dortmund”, después de que una serie de errores casi le cuestan la clasificación al Barça.Ni siquiera Lamine Yamal se salvó.A pesar de ser una de las estrellas jóvenes más brillantes del equipo, Flick estaba frustrado con la reciente caída en forma del extremo y su visible frustración después de ser sustituido.Flick advirtió a Yamal que su actitud podría poner en peligro los sueños del equipo durante la fase más crucial de la temporada.

El drama no se detuvo ahí.Según los informes, el presidente del club, Joan Laporta, ingresó al vestuario después del partido para confrontar a Flick sobre su manejo de Robert Lewandowski.Laporta no estaba contento de que el delantero polaco no fuera sustituido antes, acusando a Flick de priorizar las ambiciones de Lewandowski por la Bota de Oro sobre la estrategia de presión del equipo.
Laporta lo dejó claro: ningún jugador está por encima del equipo, y con la temporada llegando a su clímax, cada decisión debe servir al objetivo colectivo.A medida que el Barça se prepara para las semifinales, las tensiones entre bastidores van en aumento, un recordatorio de que, incluso en la victoria, no siempre todo está bien.