El Real Madrid vuelve a encender las alarmas, esta vez no por una derrota en el campo, sino por la situación personal de dos de sus jugadores: Dean Huijsen y Marco Asensio. Según informaciones procedentes de medios cercanos al club, ambos futbolistas atraviesan un momento de dificultad psicológica que podría tener un impacto directo en el futuro de la plantilla blanca.

Huijsen, joven central que había generado gran expectación tras su llegada, parece no haber logrado todavía la adaptación emocional al exigente entorno de Chamartín. Su irregularidad en los entrenamientos y la falta de confianza en los minutos disputados han sido señaladas por analistas como síntomas de que el jugador necesita apoyo para recuperar su mejor versión.

Por su parte, Marco Asensio, quien ya conoce de primera mano la presión de vestir la camiseta blanca, estaría lidiando con episodios de frustración derivados de la irregularidad en su participación y de la competencia feroz en la delantera merengue. A pesar de su experiencia, su estado mental podría estar condicionando su rendimiento y su continuidad a medio plazo.

En Valdebebas, el cuerpo técnico liderado por Xabi Alonso observa la situación con máxima cautela. La preocupación no es solo deportiva, sino también humana: el club considera fundamental ofrecer apoyo psicológico y estabilidad a los jugadores. Sin embargo, de confirmarse la gravedad del problema, la planificación de la próxima temporada podría verse alterada drásticamente.
La prensa española no tardó en encender el debate: ¿debe el Real Madrid apostar por reforzar posiciones clave en el mercado de verano si Huijsen y Asensio no logran superar este bache? La idea de una reestructuración más profunda empieza a ganar terreno entre directivos y aficionados.
El caso pone de manifiesto un aspecto cada vez más relevante en el fútbol moderno: el impacto de la salud mental en el rendimiento deportivo. Para el Real Madrid, el desafío va mucho más allá del césped.