En Valdebebas creían tener una jugada maestra entre manos. Con la llegada de Mbappé y la sobrecarga ofensiva en la plantilla, el Real Madrid ha decidido poner a Rodrygo Goes en el mercado, y su primer objetivo de intercambio era tan ambicioso como arriesgado: Nuno Mendes, el lateral izquierdo titular del PSG.

Según fuentes cercanas al club blanco, la oferta fue directa y tentadora: Rodrygo —valorado en 80 millones de euros— más bonus, a cambio del joven defensor portugués. En teoría, un trato equilibrado para ambas partes: el PSG ganaba potencia ofensiva y el Madrid aseguraba al heredero de Marcelo.

Pero la respuesta desde París fue fulminante. El PSG no solo rechazó la propuesta, sino que lo hizo con un tono que ha sorprendido incluso a los más altos mandos merengues. Según medios franceses, Nasser Al-Khelaïfi se habría mostrado molesto por el enfoque de la oferta, calificándola de “provocación encubierta”.

El trasfondo es claro: la reciente eliminación humillante del PSG ante el Real Madrid en Champions —una remontada que aún duele en el Parque de los Príncipes— ha dejado cicatrices. Desde Doha, la cúpula ve cada movimiento del Madrid con desconfianza y cierto ánimo revanchista.
Además, Luis Enrique considera a Nuno Mendes intransferible y parte del nuevo núcleo del proyecto. Florentino Pérez, por su parte, no esperaba un portazo tan rotundo y ahora busca alternativas en el mercado, incluyendo a Alphonso Davies, aunque su precio sería aún más alto.
Rodrygo, mientras tanto, ha sido informado de la situación, y aunque mantiene el perfil bajo, no esconde su incomodidad con su nuevo rol secundario en el equipo.
¿Fue esta una operación mal planteada o simplemente llegó en el peor momento político?
Lo cierto es que, por ahora, las puertas de París siguen cerradas con candado… y rencor.