En una dramática final de la Copa del Rey el 26 de abril de 2025, en el Estadio de La Cartuja de Sevilla, el FC Barcelona ganó su 32º título de la Copa del Rey con una dramática victoria por 3-2 en la prórroga sobre su feroz rival, el Real Madrid. Aunque ambos equipos mostraron brillantez en el ataque, fue el defensa francés del Barcelona, ​​Jules Koundé, quien se destacó, combinando resiliencia defensiva, dominio táctico y un momento decisivo de brillantez. Koundé no sólo frenó el potente ataque del Madrid sino que también marcó el gol decisivo que ayudó a los blaugrana a ganar el trofeo.

El Real Madrid, con un ataque liderado por Kylian Mbappé, Vinícius Jr. y Jude Bellingham, tomó la delantera y se mostró peligroso desde el principio. Mbappé, saliendo desde el banquillo, tuvo un impacto inmediato al empatar de penalti en el minuto 70. Sin embargo, la defensa tranquila e inteligente de Koundé contuvo en gran medida las amenazas del Madrid.

Encargado de marcar a Vinícius Jr., uno de los extremos más explosivos de la liga, Koundé estuvo a la altura del desafío. Su inteligente posicionamiento y fuerza física anularon el ritmo y la capacidad de regate del brasileño. Un momento clave en la primera mitad vio a Koundé forzar a Vinícius a estar en posición de fuera de juego, evitando un posible penalti.

Koundé también formó una formidable dupla defensiva con la joven estrella Pau Cubarsí. A pesar del contraataque del Madrid, incluido un cabezazo de Aurélien Tchouaméni que les dio una ventaja de 2-1 en el minuto 77, el liderazgo de Koundé estabilizó la defensa del Barcelona y ayudó a llevar el partido a la prórroga.

Pero fue la brillantez ofensiva de Koundé la que decidió el partido. En el minuto 116, aprovechó un mal pase de Brahim Díaz, avanzó hacia el espacio y soltó un potente disparo de 25 yardas que superó a Thibaut Courtois, provocando una celebración salvaje entre los aficionados del Barcelona. Su impresionante gol se convirtió en el decisivo y en un momento histórico en la historia de la Copa del Rey.

Este gol demostró la versatilidad de Koundé, demostrando que es más que un pilar defensivo. Utilizado regularmente como lateral derecho y central bajo el mando del entrenador Hansi Flick, las contribuciones de Koundé en ataque han puesto de relieve su excelencia integral. Los fanáticos inundaron las redes sociales con elogios, calificando su jugada ganadora del partido de “fantástica” y esencial para la victoria del Barcelona.

Aparte de sus goles, la influencia de Koundé jugó un papel clave en la ejecución táctica de Flick. El Barcelona dominó la primera parte y se adelantó en el marcador gracias al gol de Pedri en el minuto 28. La lectura táctica del juego por parte de Koundé ayudó a que la defensa del Barcelona presionara constantemente a los atacantes del Madrid. Su distribución desde atrás también generó numerosos contraataques, uno de los cuales propició el empate de Ferran Torres en el minuto 84.

En el tiempo añadido, el liderazgo de Koundé volvió a brillar al animar a un Barcelona cansado para contrarrestar el ataque del Madrid en el último minuto, con la ayuda de paradas cruciales del portero Wojciech Szczęsny.

La final coronó una temporada estelar para el jugador de 26 años, que ha sido una piedra angular del resurgimiento del Barcelona bajo el mando de Flick. Con tres goles en todas las competiciones esta temporada, Koundé ha añadido una nueva capa de ataque a su formidable juego defensivo. Su consistencia, especialmente en partidos importantes como el Clásico, ha consolidado su estatus entre los defensores de élite de Europa.

El dominio de Koundé sobre el Real Madrid no se limitó a la final: jugó un papel clave en las victorias anteriores del Barcelona sobre sus rivales, incluida una derrota por 4-0 en La Liga en el Santiago Bernabéu y una victoria por 5-2 en la final de la Supercopa de España.

En resumen, la actuación de Jules Koundé en la final de la Copa del Rey de 2025 fue una obra maestra de la defensa moderna, que combinó tenacidad, agudeza y audacia. Al detener a las estrellas del Madrid y marcar el gol decisivo, dejó una marca imborrable en una de las mejores finales de El Clásico de la historia. Para el Barcelona, ​​esta victoria augura un futuro brillante, con Koundé en el centro de sus ambiciones.