En una noche aparentemente tranquila en Valdebebas, una cena privada entre Florentino Pérez y Xabi Alonso ha desencadenado una ola de especulaciones dentro del mundo madridista. Según fuentes cercanas al club, la conversación entre el presidente y el exjugador blanco incluyó una promesa que jamás se le hizo a Carlo Ancelotti: la de convertirse en el arquitecto total del nuevo proyecto deportivo del Real Madrid.

Durante la cena, Florentino no solo le ofreció a Xabi el puesto de entrenador para la temporada 2026, sino también la posibilidad de influir directamente en el diseño de la plantilla, las salidas, fichajes y hasta el modelo de cantera. Un nivel de poder que ningún técnico ha tenido desde la era de José Mourinho, y que claramente contrasta con la posición más limitada de Ancelotti, siempre respetado pero excluido de decisiones clave.

Pero lo que realmente inquieta a la directiva no es la promesa en sí, sino lo que se acordó en voz baja al final del encuentro: una cláusula confidencial que permitiría a Xabi rechazar cualquier imposición del club en temas deportivos, incluso si provienen del mismo presidente.

El silencio con el que se manejó la reunión ha provocado tensiones internas. Algunos pesos pesados del vestuario, aún leales a Ancelotti, han mostrado su incomodidad tras enterarse de que el nuevo técnico tendría tanto poder antes incluso de asumir el cargo.

¿Estamos ante un cambio de era total en la Casa Blanca? ¿O es simplemente una maniobra más de Florentino para controlar el futuro? Lo único cierto es que Xabi Alonso ya no es solo una opción: es el plan maestro. Y todo comenzó con una cena.