La FIFA no ha temblado el pulso. Esta mañana, el organismo rector del fútbol mundial anunció oficialmente una sanción de 12 meses de suspensión internacional para Luis Enrique, entrenador del Paris Saint-Germain, tras confirmarse las imágenes en las que golpea a Joao Pedro minutos después de la final del Mundial de Clubes.

Se trata del castigo más severo impuesto a un técnico en los últimos cinco años, comparable únicamente con el caso de Jorge Sampaoli en 2019. La decisión se tomó tras analizar el video filtrado por medios brasileños, en el que se observa claramente cómo Luis Enrique lanza una bofetada al joven delantero en la zona mixta del estadio.

El PSG, por su parte, guarda silencio institucional. Ningún directivo ha dado declaraciones, pero fuentes internas confirman que el club teme una crisis deportiva y mediática sin precedentes. La suspensión implica que Luis Enrique no podrá dirigir ningún partido oficial, ni estar presente en entrenamientos, conferencias o viajes del equipo durante el próximo año calendario.

Pero lo más inquietante ha llegado al final del comunicado de la FIFA, que añade una frase que ha dejado helado al mundo PSG:
“Se abre una investigación adicional para esclarecer posibles patrones de conducta reiterada hacia otros miembros del plantel.”
Según algunos medios franceses, varios jugadores habrían elevado quejas informales durante la temporada sobre el trato “injusto y excesivo” de parte del técnico español.
En redes sociales, la indignación es total. Los hashtags #LuisEnriqueSuspendido y #CrisisEnElPSG lideran las tendencias globales. Algunos aficionados ya piden su despido inmediato y temen que la temporada 2025 se convierta en una pesadilla.
¿Es el final de la era Luis Enrique antes de que realmente empiece? ¿O solo el primer capítulo de un escándalo mucho más grande?
En París, el caos ha dejado de ser teórico… y ya es oficial.