Lo que debía ser una noche histórica para el PSG tras disputar la final del Mundial de Clubes ha terminado convirtiéndose en un escándalo global. Minutos después del pitido final, y con las cámaras aún encendidas, Luis Enrique fue captado propinando una bofetada a Joao Pedro, uno de los jóvenes talentos del equipo parisino.

El video, filtrado por una cadena japonesa y viralizado en cuestión de segundos, muestra al técnico acercándose a Joao en el túnel del vestuario, pronunciando una frase inaudible y, acto seguido, golpeando con la mano abierta el rostro del jugador. El brasileño no reaccionó físicamente, pero su gesto de desconcierto ha dado la vuelta al mundo.

Desde la FIFA, fuentes internas aseguran que se ha abierto un expediente disciplinario inmediato, y que se contempla una posible suspensión por conducta violenta hacia un jugador bajo su mando, algo que podría derivar en una sanción de hasta 12 meses fuera de banquillos oficiales.
La directiva del PSG, por su parte, ha convocado una reunión urgente. Aunque aún no hay comunicado oficial, se especula que Luis Enrique podría ser apartado temporalmente mientras se resuelve el caso.
En redes sociales, la indignación es total. Los hashtags #FueraLuisEnrique y #ApoyoJoaoPedro son tendencia mundial. Miles de aficionados exigen explicaciones, mientras otros se preguntan qué tipo de tensión venía gestándose internamente para que el técnico explotara de esa forma.
Algunos medios apuntan a una fuerte discusión previa entre ambos en el entretiempo, relacionada con la actitud de Joao en el campo. Pero más allá del contexto, las imágenes son claras: la violencia quedó registrada, y el fútbol mundial observa en estado de shock.
¿Fue un momento de ira descontrolada… o el reflejo de una fractura profunda en el vestuario del PSG?
La respuesta puede marcar el destino de Luis Enrique. Y de todo un proyecto.