El Real Madrid ha empezado el mercado con fuerza. Mientras muchos clubes aún planifican movimientos, la entidad blanca ya ha cerrado a su primer gran refuerzo: Trent Alexander-Arnold, lateral derecho del Liverpool. Y no se detiene ahí: ahora apunta a William Saliba, central del Arsenal, por quien estaría preparando una oferta de 100 millones de euros.

El fichaje de Alexander-Arnold representa una operación estratégica. No solo cubre una posición que requería renovación, sino que lo hace con un jugador consolidado, joven y con ADN ganador. El inglés llega con el objetivo de ser titular inmediato y de dejar huella en el carril derecho del Bernabéu.

Pero el verdadero bombazo podría ser Saliba. El defensa francés ha sido uno de los mejores de la Premier en la última campaña, combinando fuerza física, lectura de juego y liderazgo. A sus 23 años, ya es internacional absoluto con Francia y se perfila como uno de los centrales del futuro.

La dirección deportiva del Madrid considera que la pareja Saliba – Rüdiger, o incluso Saliba – Militao, podría convertirse en una de las más sólidas de Europa. La apuesta no es solo presente, sino también de futuro. El club quiere evitar sorpresas y planificar una defensa de garantías para la próxima década.

Este doble objetivo refleja una estrategia clara: fichar talento probado en ligas top, jóvenes pero con experiencia, y que lleguen listos para competir desde el primer minuto. Florentino no quiere esperar. Quiere dominar.
Con Alexander-Arnold ya vestido de blanco y Saliba en el radar, el Real Madrid vuelve a demostrar que no solo compra estrellas: las fabrica.