El 2025 será recordado como el AÑO DEL DOMINIO BLAUGRANA. En todos los enfrentamientos directos, el FC Barcelona ha sido un martillo implacable sobre un Real Madrid irreconocible. Cinco Clásicos, cinco victorias catalanas. Goleadas en el Bernabéu, exhibiciones en Montjuïc, y una final de Copa donde los de Xavi dejaron a los blancos sin alma.

Xabi Alonso, aún en sus primeros meses como técnico blanco, ha sido incapaz de encontrar respuestas. Su Madrid ha sido lento, previsible y vulnerable ante un Barça lleno de juventud, ambición y talento. Lamine Yamal, Pedri, Gavi y Fermín han bailado en la cara de Kroos, Valverde y Camavinga sin piedad.

En la Liga, los blaugranas ya acarician el título con ventaja de 12 puntos, y en la Champions… ¿sorpresa? También eliminaron al Madrid en cuartos, con doble victoria. Nadie en Chamartín lo vio venir: el proyecto blanco, alabado por su renovación y sus estrellas emergentes, ha sido borrado del mapa por un Barça que parecía en reconstrucción.

Las redes sociales arden. #FueraXabi y #FlorentinoDimisión son tendencia. La prensa madrileña pide explicaciones. La afición, dividida, ya no confía en el “proyecto joven” ni en el “ADN ganador”.
Mientras tanto, en Barcelona se habla de ciclo. De hegemonía. De volver a ser el mejor equipo del mundo.
¿Exagerado? Quizás.
¿Merecido? TOTALMENTE.