El Real Madrid afronta una situación límite tras confirmarse la lesión de Antonio Rüdiger, el central que hasta ahora había sostenido la defensa con actuaciones de alto nivel. El parte médico del club no deja lugar a dudas: el alemán sufre una lesión en el recto anterior del muslo izquierdo y deberá permanecer fuera entre 8 y 12 semanas.

La escena se produjo durante un entrenamiento en Valdebebas. Rüdiger, habitual ejemplo de fortaleza física, se detuvo bruscamente tras sentir un dolor agudo. Aunque en un primer momento se especuló con una dolencia leve, las pruebas médicas derrumbaron cualquier esperanza.

Carlo Ancelotti vive un verdadero dilema. Con Nacho sancionado y Militão aún en proceso de recuperar la confianza tras su grave lesión, el técnico italiano se ve forzado a improvisar. Una de las opciones es dar protagonismo a Dean Huijsen, joven canterano al que pocos esperaban ver en partidos de máxima exigencia. Otra posibilidad, menos ideal, sería reubicar a laterales como Alaba o incluso Carvajal en el centro de la defensa.

La baja de Rüdiger no solo afecta en lo deportivo. Su presencia en el vestuario es sinónimo de carácter y liderazgo silencioso. Jugadores y cuerpo técnico coinciden en que su ausencia deja un vacío difícil de llenar. “Cuando él está, transmite confianza a todos; sin él, sentimos que falta una pieza clave”, apuntó una fuente cercana al plantel.
Mientras tanto, la afición madridista sigue con atención cada comunicado oficial, temiendo que la defensa se resquebraje justo en la fase más exigente de la temporada. Liga y Champions no esperan, y la pérdida de un referente como Rüdiger obliga a los blancos a reinventarse.
En el horizonte inmediato, Real Madrid se enfrenta a un calendario cargado de retos. La incógnita es clara: ¿logrará Ancelotti encontrar un equilibrio sin su guerrero alemán, o esta lesión será recordada como el punto de inflexión en una temporada que parecía prometedora?