đ„ Hay partidos que se ganan, y otros que se sienten. El de anoche ante el Mallorca fue ambos. El Real Madrid ofreció a su gente una montaña rusa emocional que solo terminó con un estallido de júbilo en el último suspiro.

đ§ En la jornada 36, con la Liga ya casi sellada, el equipo pudo relajarse… pero no. En cambio, brindó uno de los espectáculos más intensos del curso. Mallorca golpeó primero, con un gol inesperado que heló el ambiente en Chamartín.

âïž Pero el Bernabéu no se rinde. Vinicius y Brahim empezaron a romper líneas. El estadio apretó. Cada pase, cada robo, cada tiro fue vivido como una final. Y entonces, como tantas veces en la historia blanca, el fútbol respondió.
⥠El empate llegó con suspense, pero la victoria se escribió con alma. Minuto 93. Un centro llovido. Un cabezazo agónico. El balón besa la red.
đ Explosión de emociones en las gradas.
đą No fue solo un gol. Fue una catarsis colectiva. El estadio se abrazaba. Los jugadores miraban al cielo. Xabi Alonso, emocionado, solo dijo: “Gracias a este deporte maravilloso.”
đ Este partido será recordado no por su relevancia clasificatoria, sino por su intensidad emocional. Porque a veces, el fútbol no es cuestión de lógica.
✠Es puro corazón.
âȘ Bernabéu lo vivió. Y el mundo también.