La marcha de Iñigo Martínez este verano ha dejado una huella profunda en el FC Barcelona. El central vasco, que llegó procedente del Athletic Bilbao, no solo aportó solidez defensiva, sino también carácter y liderazgo. Era la voz que ordenaba la zaga, el jugador que daba la cara en los momentos difíciles y un ejemplo de compromiso. Ahora, Hansi Flick enfrenta el desafío de encontrar un sucesor que asuma ese papel crucial.

Entre los principales candidatos aparece Ronald Araújo. El defensa uruguayo, ya vicecapitán, combina fuerza física, entrega total y un amor innegable por el club. Su intensidad y determinación son admiradas por la afición, aunque algunos consideran que su ímpetu y tendencia a arriesgar pueden ser un obstáculo en un rol que exige calma y control.

Otra opción sólida es Andreas Christensen. Menos mediático pero muy eficiente, el danés destaca por su serenidad, constancia y gran inteligencia táctica. Flick valora especialmente su capacidad para mantener la línea defensiva ordenada y su habilidad para comunicarse en varios idiomas, algo esencial en un vestuario tan diverso.

Jules Koundé también entra en la conversación. Su polivalencia, velocidad y lectura del juego le han permitido brillar en distintos roles defensivos. Sin embargo, la duda sobre su regularidad a lo largo de toda la temporada sigue presente.

Nombrar a un nuevo líder defensivo no es solo una cuestión táctica. Es una decisión que marcará la química del vestuario y la fortaleza mental del equipo en los momentos de presión. Para competir por todos los títulos, el Barça necesita más que una defensa bien colocada: necesita una figura que inspire y unifique.
En los próximos meses, Flick tendrá que decidir si el nuevo “jefe” saldrá de Araújo, Christensen, Koundé o si será necesario acudir al mercado de fichajes. Lo cierto es que reemplazar a Iñigo Martínez no será fácil, y su ausencia podría sentirse no solo en la solidez defensiva, sino en el espíritu mismo del equipo.