El Barcelona ha completado el sensacional fichaje de Marcus Rashford, procedente del Manchester United, lo que marca un punto de inflexión en los planes de Hansi Flick para reconstruir su ataque. El traspaso coincidió con la lesión de larga duración de Lewandowski, lo que le abrió la oportunidad a Rashford de convertirse en el nuevo delantero centro del Barça.

Rashford aporta al Camp Nou un conjunto de habilidades excepcionales: increíbles explosiones de velocidad, capacidad de regate y versatilidad, ya que puede jugar tanto de extremo como de delantero centro. En la temporada 2022/23, marcó más de 30 goles en todas las competiciones con el United, una clara demostración de su capacidad goleadora cuando está en su mejor momento. Con la baja de Lewandowski, es probable que Flick le asigne a Rashford el puesto de “9” temporal, aprovechando su capacidad de penetración y creación de espacios para descifrar la defensa rival.

Sin embargo, la tarea de sustituir a Lewandowski no es sencilla. Rashford no es un delantero clásico como el polaco. Prefiere jugar por las bandas, aprovechando el espacio en lugar de quedarse en el área. Esto obliga a Flick a ajustar su táctica, posiblemente usando más pases cruzados y contraataques rápidos para maximizar la velocidad de Rashford. Al mismo tiempo, jugadores de segunda línea como Fermín López o Pedri tendrán que apoyar más en la definición.

Sin embargo, esta también es una oportunidad para que el Barça experimente con un nuevo estilo de ataque: más variado, más impredecible y menos dependiente de un solo delantero. Si Rashford se integra rápidamente, no solo puede “reemplazar” por completo a Lewandowski, sino también generar un nuevo aire para el ataque blaugrana. Por el contrario, si su forma es inestable —un problema que Rashford ya experimentó en el Manchester United—, el Barça podría correr el riesgo de perder fuelle en la carrera por el título. Con La Liga y la Champions League a la vuelta de la esquina, todas las miradas estarán puestas en Rashford, encargado no sólo de sustituir a uno de los mejores delanteros del mundo, sino también de demostrar que es capaz de convertirse en el nuevo ícono de ataque del Barcelona en la era Hansi Flick.