La presión sobre Luis Enrique, actual entrenador del PSG, ha alcanzado niveles inéditos tras el escándalo ocurrido al finalizar la final del Mundial de Clubes 2025. Según informes filtrados desde la FIFA, el técnico español habría tenido un altercado físico con el delantero brasileño Joao Pedro en los túneles del estadio, minutos después de la derrota del PSG ante Palmeiras.

Las cámaras no captaron claramente el momento, pero varios testigos, incluyendo oficiales de partido, afirman que Enrique empujó e insultó al jugador en un momento de furia. De inmediato, la FIFA abrió una investigación disciplinaria para esclarecer los hechos.

Aunque desde el PSG se ha intentado restar importancia al incidente, la tensión es evidente. “Luis está comprometido con el proyecto y se defenderá si es necesario”, comentó un portavoz del club. Sin embargo, el comunicado de la FIFA ha sido directo: “No hay lugar para la violencia en ninguna instancia del fútbol profesional. Tomaremos medidas ejemplares.”

El escándalo ha generado una tormenta mediática tanto en Francia como en España. Varios medios ya apuntan a posibles sanciones que podrían incluir la suspensión del técnico por varios meses, e incluso una multa al club por negligencia.

Luis Enrique, recordado por su histórica Champions League con el FC Barcelona en 2015, vive ahora uno de los momentos más inciertos de su carrera. Sus detractores señalan que su carácter impulsivo ha vuelto a pasar factura, mientras que sus defensores exigen un proceso justo y transparente.
En el seno del PSG, la preocupación es doble: por un lado, por la posible ausencia de su entrenador en el tramo clave de la temporada, y por otro, por el impacto reputacional para un club que ya ha estado en el foco de la polémica en años recientes.
La resolución de la FIFA se espera en los próximos días… y podría cambiar el rumbo del PSG de forma drástica.