La rueda de prensa posterior al PSG–Chelsea (0-3) ya apuntaba a ser tensa, pero nadie esperaba lo que ocurrió cuando Luis Enrique tomó el micrófono.

Apenas sentado, el técnico asturiano lanzó una frase contundente que dejó sin aire a los presentes: “No soy un perdedor. Jamás lo he sido, ni lo seré. Pero no puedo competir cuando hay quien juega para el rival desde dentro.”

El silencio fue inmediato. Los periodistas creían que se trataba de una metáfora o crítica general… hasta que soltó el nombre: “Lo que hizo Joao Pedro hoy no tiene explicación futbolística. Y no quiero entrar en detalles, porque no me corresponde a mí hablar de ética.”

Según fuentes cercanas al vestuario, la acusación hace referencia a una pérdida de balón forzada y una acción sin esfuerzo defensivo de Joao Pedro que derivó en el segundo gol del Chelsea. Luis Enrique habría pedido explicaciones en el descanso, y la respuesta del jugador —descrita como “desafiante”— habría terminado de romper la relación.
En redes sociales, el nombre de Joao Pedro es tendencia absoluta. Algunos lo defienden como chivo expiatorio; otros exigen su expulsión inmediata del equipo.
Por su parte, el jugador publicó en Instagram una historia con fondo negro y tres palabras: “La verdad duele.” Sin nombres, pero clara.
Desde la directiva del PSG aún no hay comunicado oficial, pero ya se rumorea una reunión urgente convocada por Nasser Al-Khelaïfi para este mismo lunes.
Luis Enrique abandonó la rueda de prensa sin aceptar preguntas. Pero sus palabras ya resuenan más que el resultado en el marcador.
¿Se rompió el vestuario? ¿O se rompió la confianza?
En París, el verdadero fuego no está en el césped… está bajo la superficie.