El mundo del fútbol sigue de luto por la repentina pérdida del delantero portugués Diogo Jota y su hermano André Silva en un trágico accidente automovilístico en Zamora, España. Sin embargo, nuevas revelaciones han agravado la tragedia: la policía local confirmó que el teléfono móvil de Jota fue encontrado entre las cenizas del accidente. Dentro del dispositivo, una grabación de casi tres minutos —que se cree es la última conversación entre Jota y su recién casada Rute Cardoso— ha conmocionado al mundo.

Según El País, la grabación se realizó tan solo 15 minutos antes del accidente. En la conversación, se dice que Jota parecía normal al principio, describiendo cómo él y su hermano regresaban a Oporto tras un breve viaje familiar. Sin embargo, hacia el final de la grabación, la voz de Jota baja repentinamente, con una frase que pone la piel de gallina:

“Si pasa algo hoy, díganle siempre a los niños que los quiero… y que estoy orgulloso de ustedes”.

Segundos después, se escucha un fuerte ruido en la grabación; se cree que corresponde al momento en que el coche perdió el control debido a un pinchazo y se salió de la carretera. La grabación se detiene de inmediato.
Fuentes policiales afirmaron que Rute Cardoso entregó la grabación a los investigadores inmediatamente después de extraerla del teléfono. Entre lágrimas, compartió: “No entiendo por qué dijo eso. Era como si supiera lo que iba a pasar… Me dio escalofríos”.
Esta información se difundió de inmediato por las redes sociales, con millones de compartidos y comentarios. Mucha gente compartió la grabación con una “oscura profecía”, ya que Jota parecía presentir que se acercaba su fatídico final. Varios de sus excompañeros del Liverpool y de la selección de Portugal también expresaron su conmoción. Virgil van Dijk escribió en Instagram: “Increíble. Una grabación que me atormenta…”.
Es poco probable que la grabación se haga pública por motivos de privacidad, pero lo que se ha revelado es suficiente para convertir el accidente en una de las tragedias más dolorosas y desgarradoras del fútbol moderno.
Mientras el mundo aún se recupera de la pérdida, la grabación sirve como un conmovedor recordatorio de la fragilidad de la vida y del amor y el sacrificio silencioso que los futbolistas hacen por sus familias, incluso en sus momentos finales.