En medio de los rumores sobre la inminente llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid, una noticia inesperada ha sacudido al mundo merengue: Luka Modric ha decidido ceder su emblemático dorsal 10, pero no al astro francés… sino al joven talento turco, Arda Güler. La decisión ha generado un auténtico terremoto en redes sociales, especialmente después de que Modric explicara el motivo con una frase de solo nueve palabras:
“Arda representa el futuro del club, Mbappé no.”

Esta afirmación breve pero contundente ha sido interpretada como una señal de respaldo total al proyecto de cantera y a los jóvenes talentos que ya forman parte del vestuario blanco. Modric, de 38 años, se ha convertido no solo en leyenda del club, sino también en una figura de referencia moral dentro del vestuario.

Fuentes internas aseguran que el croata quedó impresionado por la ética de trabajo, humildad y compromiso de Arda Güler desde su llegada al equipo. En contraste, aún persisten dudas sobre la implicación de Mbappé, quien ha retrasado su fichaje durante varios veranos y cuya relación con el club no ha sido siempre fluida.

“Esto no es un tema de talento, es de valores”, habría comentado Modric a sus compañeros, según reportan medios españoles. La reacción de Mbappé aún no se ha hecho pública, pero se espera que esta decisión genere tensión si finalmente aterriza en el Santiago Bernabéu.
Mientras tanto, Arda Güler se prepara para asumir una enorme responsabilidad: llevar el mítico dorsal 10 que alguna vez vistieron leyendas como Laudrup, Figo, y ahora, Modric.