El próximo fin de semana, el fútbol español vivirá uno de sus capítulos más intensos: el Derbi madrileño entre Atlético y Real Madrid en el Estadio Metropolitano. No será un partido más: para Xabi Alonso, flamante técnico blanco, será su primer cara a cara contra el eterno rival ciudadano.

El Real Madrid llega al duelo en un momento dulce, líder de LaLiga tras una racha impecable de victorias. Sin embargo, el desafío no es menor: el Atlético de Diego Simeone, siempre caracterizado por su disciplina táctica y su espíritu combativo, representa una auténtica roca en el camino del líder.
La convocatoria madridista trae consigo luces y sombras. La gran noticia es el regreso de Jude Bellingham, pieza clave en el mediocampo, tras superar una lesión en el hombro. Su vuelta podría aportar la creatividad y el equilibrio que el equipo necesita en un escenario tan exigente. Además, figuras como Kylian Mbappé, Vinícius Jr., Rodrygo y el joven Endrick están listos para asumir protagonismo ofensivo.
No obstante, el equipo también llega con bajas sensibles. Antonio Rüdiger, Trent Alexander-Arnold y Ferland Mendy continúan en la enfermería, lo que obligará a Alonso a reorganizar la zaga. Todo apunta a que Éder Militão será el jefe de la defensa, asumiendo un rol de liderazgo vital.
En la previa, Alonso fue claro en declaraciones a Reuters: “Un derbi no son solo tres puntos, es cuestión de orgullo. El equipo debe estar concentrado y mostrar carácter.” Una frase que refleja la tensión y la trascendencia del choque.
Los focos estarán puestos en la posible sociedad explosiva entre Mbappé y Vinícius, quienes tendrán la misión de romper la muralla rojiblanca. Si logran desequilibrar, el Madrid podría salir reforzado no solo en la tabla, sino también en su confianza de cara a la lucha por el título.
Más que un simple partido, este derbi puede marcar un antes y un después en la temporada de ambos clubes. Para Alonso, será la primera gran medida de su ambición y de la capacidad del Real Madrid para resistir en el trono de LaLiga.